Es un pueblo vivo, donde hay asociaciones, como El Taller, asociación de mujeres, muy activo y la Sociedad de Cazadores de San Isidro. Es zona de «calçots», donde sus vecinos se reúnen y celebran juntos las tradicionales calçotadas, cultivadas en sus huertos.
Rodeado de viñas y olivos. Tiene una Cooperativa de estilo modernista del año 1932, donde se elaboran vino y aceite.
No podemos dejar de recorrer el entorno formado por el castillo renacentista y la iglesia de estilo neoclásico dedicada a San Juan Bautista. Cercano a la iglesia y al castillo hay una plaza desde donde se disfruta de las vistas de viñedos que rodean el pueblo.
El castillo de Rodonyà domina el pueblo, es el edificio más emblemático. La primera noticia documentada data del año 1310, época de expansiòn feudal, aunque ya existía anteriormente. En este año hay noticias del castillo por la compra de Vilavella y del feudo de Rodonyà por Guillem de Rocabertí, arzopisto de Tarragona, a Bernat de Centelles. En 1409 pasó a pertenecer a los señores de Tamarit. Los últimos señores de la Baronía fueron los Vilallonga, hasta que en el año 1868 vendieron el castillo y todos sus bienes. Lo compró posteriormente un vecino del pueblo. Ahora es propiedad del Ayuntamiento.
Se conserva el impresionante bloque cuadrangular de las cuatro paredes principales, coronadas de almenas. En los últimos años se ha trabajado para convertirlo en centro de documentación histórica y patrimonial.
En su interior podemos ver algunas paredes y arcos y en el exterior, un trozo de la muralla y la puerta que da al patio de entrada. En el subterráneo se conservan unas minas. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985.
La iglesia parroquial de San Juan Baptista, patrón del pueblo, fue construida a finales del siglo XVIII, es de estilo neoclásico y su campanario es de planta cuadrada, acabado en una torre octogonal.
Se conserva de la época romana una necrópolis «Can Pedrós».
Un recorrido entrañable por esta zona para recorrer diversas rutas y donde hay alguna acogedora casa rural y restaurantes para degustar su comida tradicional.
Dentro del término municipal, sobre la colina del Motmell, encontramos las ruinas del Castellot de Mas Mateu, una antigua torre de planta cuadrada muy dañada por el paso de los años.
En sus tradiciones el año 2013 se recuperó la representación del «ball parlat del martirio de Sant Joan Baptista de Rodonyà», después de unos 100 años. El dia 29 de junio, o el domingo más cercano, se representa en la Pza. Mayor.
A finales de verano Rodanyà celebra sus fiestas, la fiesta mayor del martirio de San Juan Baptista, que se celebra el primer fin de semana después del 29 de agosto i donde, además de muchas actividades festivas, es tradicional el pan bendecido, artesano y parecido a una coca.
Las fiestas de invierno se celebran en honor de San Sebastián, el 20 de enero.