En el Baix Camp, en una pequeña colina al lado del pueblo de Montferri, el arquitecto tarraconense Josep Maria Jujol proyectó una de sus obras maestras, la pequeña basílica de Montserrat, a petición del jesuita Daniel Vives, que era hijo de Montferri y pariente lejano del arquitecto.
Los habitantes del pueblo todos los años, al acabar la vendimia, hacían una peregrinación hasta las montañas de Montserrat para dar gracias a la virgen moreneta. El jesuita quiso ayudar a los habitantes del pueblo con la construcción de la basílica. Los habitantes de Montferri colaboraron desinteresadamente.
Fue un gran artista modernista que colaboró con Gaudí. Ambos se compenetraron artísticamente y participó en muchas de sus obras, dando sus famosos acabados en forja en rejas como las de los balcones de la Pedrera, las cerámicas o «trencadís» del sinuoso banco del Park Güell e infinidad de detalles y acabados en muchos edificios en Barcelona y alrededores, a pesar de todo hasta ahora su nombre no ha estado reconocido a la altura de lo que se merecía.
Hizo muchos proyectos, en Tarragona, su tierra de origen, y en Barcelona, donde vivió muchos años y fue profesor. Algunos de estos proyectos quedaron inacabados por motivos ajenos a él. Muy religioso y de carácter íntimo, afable y sencillo. Trabajó con materiales sencillos y de su entorno, como madera, alambres, platos, cerámicas viejas (trencadís), fragmentos de vidrio, trozos de metal.
La estructura está formada por arcos catenarios (parabólicos) y no interviene ninguna pared. Es una construcciòn atrevida con muy poca base y mucha altura. Las puertas y barandillas son de hierro forjado. El camarín, a semejanza de Montserrat, tiene una escalera a la derecha y otra a la izquierda para subir a venerar a la virgen «moreneta». La planta tiene forma de barco y está orientada hacia las montañas de Montserrat.
Su espacio interior tiene magia y mucho simbolismo. Las paredes con sus cristales de colores en forma de corazón, en azul y rojo, dan luz a su interior. Las columnas centrales del interior semejan los pilares de un »castell», i la cúspide el »enxaneta» que corona la torre.
Sobre las vueltas exteriores encontramos las formas de las montañas de Montserrat y en otros elementos interiores como la pila bautismal.