La variedad de oliva Arbequina (Olea europea) es muy cultivada en las provincias de Lleida y Tarragona, el nombre le viene del siglo XVII, cuando el duque de Medinacelli lo introdujo desde Palestina. Vivía en el castillo-palacio de Arbeca, en Lleida, y de ahí le viene su nombre de oliva Arbequina.
El aceite que se elabora con esta variedad es suave y con acentuadas notas frutales.
Es de tamaño más pequeño que las otras variedades, una no llega a pesar los dos gramos. Sin embargo se puede extraer mucho más aceite de esta pequeña oliva que de otras variedades, debido a que es muy grasa.
Su recolección es de las primeras de la temporada y de elevada productividad.
En los últimos años ha alcanzado gran expansión su cultivo. También se ha extendido a otras provincias de España.
La arbequina consigue en el plato una serie de matices, de características armoniosas, sabores muy equilibrados, suaves, delicados, ligeros, dulces, pero intensos a la vez y que combinan prácticamente con todo.
Su característica más importante es que es un aceite dulce y suave, sin regusto amargo. Tiene aromas afrutados, como manzana, plátano. almendras, ligeros sabores exóticos, debido al porcentaje alto de ácidos poliinsaturados. Tiene un alto porcentaje de ácido oleico, como las otras variedades, lo que ayuda a reducir el colesterol malo (LDL) y aumenta el bueno (HDL)
Localmente también se usa aderezada y es servida habitualmente en restaurantes como aperitivo y entrante.
Se le denomina también Arbequí, Blancal, Herbequín, Oliva de Arbela, Oliva de Borjas Blancas…
Los aceites de oliva basados en este tipo de olivo son más mantecosos. Es un aceite de alta calidad. Son más delicados que otras variedades, debido a su composición y conviene preservarlos de la luz y del calor una vez envasados.
Es importante también su exportación.